Para algunos, el riego significa simplemente utilizar aspersores para regar algunos cultivos. Pero en la agricultura, el riego es un proceso más sistemático, que implica la planificación del mejor crecimiento y rendimiento de los cultivos de ese año en particular, además de utilizar herramientas y maquinaria para la jadineria o todo el ecosistema agrícola. Una forma de garantizar el crecimiento óptimo de los cultivos en determinadas condiciones es aplicar la cantidad correcta de humedad en el periodo de tiempo adecuado.
El riego es el acto de proporcionar humedad a las plantas y los cultivos en cantidades suficientes durante un periodo de tiempo específico. Permite un mejor control del clima para el crecimiento de las plantas. Los agricultores emplean métodos de riego para proporcionar agua a sus cultivos cuando la lluvia es escasa o insuficiente: para mejorar la calidad del suelo, reducir la competencia de las malas hierbas y las plagas entre temporadas, aumentar el rendimiento de las cosechas (al reducir el estrés de los cultivos), aprovechar la humedad profunda del suelo y reducir la erosión.
El riego tiene múltiples beneficios además de producir alimentos para el mundo. También genera puestos de trabajo para miles de trabajadores que participan en el proceso de riego; proporciona energía hidroeléctrica y controla la contaminación del agua (ya que el riego puede limitar la escorrentía o las filtraciones excesivas).