Un sistema de riego agrícola es una red de acequias y túneles que distribuye agua a las zonas secas. En un sistema de riego agrícola, el agua fluye a través de los canales por medio de bombas o sistemas gravitacionales y se almacena en grandes depósitos que se utilizan para suministrar el agua según sea necesario cuando se requiera. El riego agrícola puede utilizarse para varios fines, como el cultivo de cosechas, el riego de pastos, el abrevado del ganado y también para mantener el nivel del agua en los ríos.
El sistema de riego agrícola puede dividirse en dos grandes categorías: aguas superficiales y aguas subterráneas. Las aguas superficiales incluyen ríos, lagos y embalses, mientras que las aguas subterráneas se obtienen a través de pozos que se perforan a gran profundidad bajo el suelo.
En el caso del riego con aguas subterráneas: el agua se obtiene directamente del pozo a través de tuberías subterráneas sin ningún sistema de bombeo. Por otro lado, el agua superficial requiere un dispositivo mecánico como una bomba que se utilizará para elevar o bombear el agua de los ríos y lagos a los embalses que están conectados a las líneas de distribución (zanja).
En la mayoría de los casos, los sistemas de riego agrícola emplean una combinación de sistemas de gravedad y de bombeo. El agua llega a la zona de riego a través de un canal abierto (zanja) o de tuberías enterradas; éste es el sistema de entrega, por el que el agua de los depósitos de almacenamiento se desplaza naturalmente por gravedad hasta las líneas de distribución que finalmente llegan a los campos para su riego.
El agua también puede ser bombeada desde el depósito de almacenamiento hasta una caseta de bombeo donde será transportada a través de tuberías enterradas o canales abiertos hasta el campo.
Además del agua, los sistemas de riego agrícola también transportan fertilizantes y otros productos químicos agrícolas que se aplican al suelo para que los cultivos crezcan sanos. El sistema de riego es, por tanto, un componente importante de la agricultura comercial, ya que mejora el rendimiento de las cosechas; ayuda a que las plantas crezcan más y permite a los agricultores controlar el tipo de cultivos plantados en los distintos campos, así como su distribución en pequeñas parcelas según las necesidades.
La escasez de agua es un problema importante al que se enfrentan muchos países, especialmente las regiones áridas y semiáridas como África, América del Norte, Asia del Sur y Australia; la falta de agua ha obligado a estas naciones a invertir más en el desarrollo de sistemas de riego agrícola. Los sistemas de riego agrícola ayudan a estas naciones a producir cultivos sanos a bajo coste, impulsando así la producción de alimentos.
Varios países del mundo desarrollado también han emprendido proyectos de irrigación para mantener el rendimiento de los cultivos que están disminuyendo debido a la escasez de agua, las condiciones meteorológicas extremas y el calentamiento global (cambio climático). En Brasil, por ejemplo, se puso en marcha en 2008 un proyecto público de 3.000 millones de dólares para crear un enorme sistema de canales de riego que transportará agua desde el interior del país hasta su parte nororiental, afectada por la sequía.
Por ello, muchos países están invirtiendo mucho en sistema de riego agrícola, construyendo presas (embalses) y excavando pozos profundos para sistemas de riego de aguas subterráneas, todo ello con el objetivo principal de impulsar la producción de alimentos en sus respectivos países.
No cabe duda de que los sistema de riego agrícola son muy importantes para el crecimiento económico y la seguridad alimentaria de cualquier país; ayudan a aumentar el rendimiento de las cosechas, incrementando así el suministro de productos alimentarios. También reducen los niveles de pobreza y las tasas de desempleo, ya que los agricultores gastan menos dinero en la compra de semillas, fertilizantes y plaguicidas necesarios para la agricultura, que contribuyen significativamente a sus costes totales de producción. Además, los sistemas de riego ayudan a los agricultores a cultivar durante todo el año, ya que proporcionan agua a un ritmo constante y en las cantidades adecuadas para el crecimiento de los cultivos.